1863. «Marta y Magdalena se deslizaron por entre el laberinto de los árboles, y protegidas por la oscuridad, llegaron sin verse al fin de la alameda.»2
1912. «Por alamedas de criptomerías gigantescas, llegamos al lugar en donde se encuentran reunidos, en un espacio relativamente pequeño, los tres grandes templos»3
1973. «Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.»4